Gabriel Escarrer, presidente de Meliá Hotels International y de Exceltur, ha lanzado una contundente crítica al Govern, respecto al rumbo del modelo turístico en las Islas Baleares, debido a las medidas recientemente anunciadas, entre ellas, la liberalización de las 90.000 plazas turísticas de alquiler vacacional. En declaraciones anteriores, Escarrer ya había denunciado los efectos del auge descontrolado del alquiler turístico, y ahora ha vuelto a insistir y ha acusado a las autoridades de favorecer “un modelo insostenible, en detrimento del turismo reglado y del bienestar de los residentes”.
En una columna publicada en Diario de Mallorca, el empresario rememora los años del “boom” turístico español, en los que la construcción masiva en las primeras líneas de playa dio origen al término “balearización”. A pesar de que el modelo ha evolucionado desde entonces, Escarrer advierte que se corre el riesgo de repetir los errores del pasado bajo una nueva forma: la expansión del alquiler vacacional sin control.
Según Escarrer, mientras la planta hotelera apenas ha crecido un 5% desde 2015, el número de Viviendas de Uso Turístico (VUT) ha aumentado un 135% en el mismo periodo. Una de cada 25 viviendas en Baleares está destinada al alquiler vacacional, el porcentaje más alto del país. Esta tendencia, asegura, expulsa del mercado residencial viviendas necesarias para ciudadanos y trabajadores, lo que agrava la crisis habitacional y de personal.
“El negocio de los vivienderos, como llamamos a quienes explotan este tipo de alquiler, crece sin freno, mientras los hoteles apostamos por calidad, sostenibilidad y empleo”, ha afirmado. También ha criticado duramente a Habtur, la patronal del alquiler vacacional, por desviar la atención y responsabilizar a los hoteleros de la escasez de vivienda.
Asimismo, Escarrer subraya que los hoteles cumplen con normativas fiscales, laborales y de seguridad, generan empleo de calidad y actúan como agentes recaudadores del Impuesto del Turismo Sostenible (ITS). En contraste, sostiene que el alquiler turístico opera en gran parte en la alegalidad, genera poco empleo y contribuye a la gentrificación y saturación de los destinos.
En cuanto al panorama político, Escarrer lamenta que la Mesa del Pacto Social y Político por la Sostenibilidad de las Islas Baleares, impulsada al inicio de la legislatura, haya perdido su rumbo al ceder ante presiones políticas y se aleje de un diagnóstico riguroso. Critica también la inminente aprobación de un decreto por parte del Govern balear, al que califica de “engañoso” por supuestamente combatir la oferta ilegal, cuando en realidad —según denuncia— consolida el modelo de alquiler turístico sin aportar soluciones efectivas al problema de la vivienda.
Como ejemplo de transformación positiva, Escarrer menciona el caso de Magaluf, que pasó de ser un destino “balearizado” a un modelo de éxito turístico gracias a la colaboración entre sector hotelero e instituciones. “La recuperación de Magaluf no se ha hecho gracias a los vivienderos”, enfatiza.
El presidente de Meliá concluye con un mensaje de preocupación: «Si continúa esta tendencia, Baleares corre el riesgo de caer en una “segunda balearización”, marcada por ciudades saturadas, servicios colapsados y la pérdida de atractivo para el turismo de calidad». “Los principales perjudicados no serán los hoteles, que seguirán operando, sino los ciudadanos, los trabajadores y los pequeños negocios, que ven deteriorarse su entorno y sus oportunidades”, ha sentenciado.