Aunque ya parece un problema lejano, teniendo en cuenta la actual crisis del Covid-19 y la ralentización de la fabricación y entrega de sus aviones, los intentos de Boeing por recuperar su malogrado 737 MAX por fin se encaminan, después de que la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos haya dado la aprobación para que se inicien los vuelos de prueba de estos aparatos.

Tal y como destaca EnElAire, el objetivo de estos vuelos de testeo es demostrar que las modificaciones aplicadas a este modelo son correctas y garantizan la seguridad del mismo. Y es que la flota mundial del 737MAX lleva en tierra desde marzo de 2019, tras protagonizar dos accidentes mortales en Indonesia y Etiopía. Estos incidentes fueron achacados a fallos en el software de control de vuelo, conocido como Maneuvering Characteristics Augmentation System (MCAS).

Lo cierto es que inspecciones más profundas detectaron problemas relacionados con la inclinación, la desactivación del piloto automático en la fase de aterrizaje y con el cableado del aparato, alargando aún más el proceso de certificación para volver a los cielos.

Ahora, con los vuelos de control, en los que habrá pilotos tanto de la FAA como de Boeing y especialistas adicionales, se intentará verificar que todas las fallas se han subsanado y que, por tanto, se puede re-certificar el aparato para que vuelva a la actividad.

No obstante, para ello aún falta mucho tiempo: estas pruebas durarán varios días y, en caso de resultar exitosas, todavía tendrán que pasar meses para que se considere que los aviones están listos para volar de nuevo, ya que queda todo un proceso burocrático de aprobaciones e incluso la FAA puede identificar problemas adicionales.