A Boeing se le acaba el tiempo. El fabricante estadounidense había fijado diciembre como fecha límite para devolver a los cielos a su polémico modelo B737 MAX, en tierra desde el pasado marzo tras protagonizar los accidentes mortales de Indonesia y Etiopía, que dejaron 346 fallecidos.
Según ha informado El País, la compañía, cuando tuvo lugar la catástrofe etíope, tan solo cinco meses después de la indonesia, consideró que la crisis duraría tres meses, pero ahora existen dudas de que pueda concluir el próximo diciembre.
Las investigaciones preliminares de ambos siniestros detectaron problemas en el sistema antibloqueo MCAS, así como ciertas irregularidades en la certificación del avión y fallos en el sensor que indica al ordenador de a bordo la inclinación del aparato. Los pilotos no habían sido informados de estos problemas, por lo que desconocían cómo hacerles frente.
En la actualidad, el banco UBS, Credit Suisse y Bank of America han reducido el precio objetivo de las acciones del fabricante, ya que dudan que los reguladores levanten el veto al B737 MAX el próximo diciembre. De ser así, Boeing podría verse obligado a paralizar la producción, lo que tendría un coste estimado de 1.000 millones de dólares (900 millones de euros) al mes.
Datos
En el tercer trimestre de 2019, los ingresos de la compañía cayeron a 19.340 millones de dólares, lo que supone un descenso interanual del 23%. Los beneficios se cifraron en 1.170 millones, la mitad de los registrados en el mismo período de 2018, mientras que las entregas bajaron casi un 70% y el incremento de los costes dejó un saldo negativo de 2.900 millones.
Actualmente Boeing dispone de 10.900 millones en efectivo, lo que le otorga liquidez suficiente. Sin embargo, su deuda asciende a 24.700 millones, cuando a principios del ejercicio era de 13.800. A este respecto, la agencia de calificación de riesgo en servicios financieros Standard & Poor’s considera que la compañía tendrá problemas de competitividad y en el mantenimiento de los fondos que destina a la reducción de la deuda.
El regreso del B737 MAX
Noviembre también será decisivo para Boeing, ya que se espera que la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos analice los cambios realizados en el sistema informático del B737 MAX, para permitir su regreso a los cielos, a finales de este mes. La FAA dispondrá de 30 días para examinar estos cambios y certificarlos.
Si todo marcha según lo previsto por el fabricante, se estima que la producción actual aumente de 42 a 57 unidades mensuales a finales de 2020. Desde comienzos de la producción de este modelo se han efectuado 387 entregas del B737 MAX a 48 compañías, mientras que la cartera de pedidos asciende a 4.500 unidades.
Comisión de Comercio del Senado
Recientemente, Dennis Muilenburg, director ejecutivo de Boeing, compareció ante la Comisión de Comercio del Senado de Estados Unidos, donde se acusó a la compañía de haber fabricado “ataúdes voladores” y de anteponer las ganancias a la seguridad. Entonces, se vivió un momento muy emotivo, en el que los familiares de las víctimas de los accidente se pusieron en pie mostrando imágenes de los fallecidos. A posteriori, el senador de Connecticut, Richard Blumenthal, protagonizó un episodio de tensión con Muilenburg. En concreto, se refirió al gesto de los familiares indicando: “Mi ira solo ha crecido. Ellos han perdido a un ser amado en un accidente que se podría haber evitado, que fue el resultado de un esquema de ocultamiento deliberado”.
Luego, hizo referencia a los mensajes intercambiados por dos empleados de Boeing en 2016, coincidiendo con el proceso de certificación del 737 MAX, donde hacían referencia a problemas en el software MCAS. “En las más de 1.600 páginas del manual de vuelo original del B737 MAX, el nuevo MCAS del avión se menciona solo una vez, una vez en 1.600 páginas, en el glosario de términos abreviados. Así que cuando Boeing viene y nos habla de la inexperiencia de los pilotos, nos está mintiendo bien”, recriminó el senador.