La factoría de Airbus CBC -puerto de Cádiz-, encargada por Boeing para la producción de los capós (‘fan cowls’) de sus motores 737MAX, deberá pagar a la compañía una sanción valorada en más de 300 millones de euros.
Lo que ha llevado a Boeing a denunciar a Airbus es que las piezas se encontraban en estado defectuoso, lo que les ha obligado a devolver 60 aviones (240 capós).
Según apuntan fuentes del sector aeronáutico, en el CBC el trabajo se había realizado de manera indebida para así acortar los plazos de fabricación y poder entregar el pedido a tiempo. Para conseguirlo, habrían aumentando al doble la temperatura del ciclo de estufado de los componentes, lo que ocasionó que la capa que protege la fibra de vidrio de la aeronave se desprendiera cuando volaba. Esto ha hecho que se suspendan, de forma temporal, los vuelos de los 737MAX.
Por su parte, la empresa demandante, pretende suspender la relación con los trabajadores de CBC y trasladar el trabajo a Asia. “Podría ocurrir que este fallo tan importante de calidad se convierta en un punto negativo para que asignemos a otras factorías de Europa otros programas que nos ayudarían a seguir con la línea de trabajo”, han afirmado fuentes de Boeing.