Tras toda la polémica generada tras la expulsión violenta de uno de los pasajeros de la aerolínea United cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo y le costaron a la empresa unas pérdidas cercanas a los 700 millones en bolsa, llega la primera reacción desde la compañía estadounidense: Óscar Muñoz, actual consejero delegado de la empresa, renuncia ser presidente, cargo que iba a sumar a su actual puesto en 2018.
El CEO de la empresa ha asumido su responsabilidad y ha renunciado a acumular más funciones como forma de contener los daños. Más allá de aplacar a la opinión pública, se trata también de una medida hacia los inversores. Además, la empresa ha anunciado una revisión en sus planes de incentivos para incluir la satisfacción de los clientes como parámetro que determine los pluses.
Estas dos acciones se suman los anuncios de la semana pasada cuando se aseguró que se evitará la sobreventa de billetes y que no se utilizarán agentes de seguridad de los aeropuertos para desembarcar a pasajeros.