Carnival Corporation quiere vender 18 de sus barcos durante los próximos meses, lo que supone el 15% de su flota. El anuncio llega seis meses después de que se viese obligada a paralizar su actividad y cuando la mayor parte de los cruceros del mundo siguen suspendidos por la pandemia de coronavirus.
La compañía más grande de cruceros del mundo intenta así recortar sus gastos, tras anunciar el pasado martes unas pérdidas de 1.700 millones de dólares durante el tercer trimestre de 2020. También se está ralentizando la recepción de barcos de nueva construcción y ahora se esperan solo cinco de los nueve anunciados para finales de 2021.
Los esfuerzos para reducir la flota llegan cuando los cruceros en Estados Unidos, el mercado más lucrativo para la compañía, siguen prohibidos por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) por lo menos hasta el 1 de octubre.
Arnold Donald, CEO de Carnival Corporation, participó la semana pasada en una reunión pública con la Junta de Comisionados del condado de Miami-Dade para instar al CDC a reanudar la actividad en Estados Unidos. Según Donald, la compañía trabaja en el desarrollo de protocolos científicamente comprobados para prevenir brotes de COVID-19 a bordo. Sin embargo, el CDC no ha preguntado a Carnival ni al resto de grandes compañías por sus estrategias contra el virus.
Según ha contado un portavoz de la CDC a Miami Herald, el organismo aún no tiene suficiente información sobre la evolución de la pandemia como para decidir cuándo se reanudarán las operaciones con pasajeros. A pesar de ello, Carnival Corporation asegura haber recibido más reservas que nunca para la segunda mitad de 2021.