El impacto de la suspensión de la producción del Boeing 737 MAX irá mucho más allá de la sede central del fabricante estadounidense en Chicago y de su planta de producción en Renton (Washington). Su efecto será mundial.

Según ha informado The New York Times, la hecatombe se extenderá por toda la cadena de suministro aeroespacial global, desde California hasta Kansas y desde Reino Unido hasta Francia. Esta situación podría llevar a la red de proveedores de Boeing a reducir su producción e incluso realizar recortes en su plantilla.

El gigante aeroespacial compra las piezas que conforman el MAX a 600 compañías entre las que se incluyen grandes empresas como General Electric (G.E.) o Airbus, su eterno rival, así como otras menos populares especializadas en sistemas de iluminación o asientos. Lo cierto es que la subsistencia de muchas de estas entidades depende del polémico 737MAX.

Proveedores directos afectados

Es el caso de un pequeño proveedor aeroespacial con instalaciones en Wichita (Kansas), liderado por Phil Anderson, quien aseguró: “La incertidumbre en torno al avión es un desafío en este momento”. Y es que, el 50% de los ingresos anuales de esta empresa depende de este aeroplano.

Boeing también es el principal cliente de la unidad aeroespacial Senior Plc, entidad británica con sede en California, que fabrica tubos para el 737MAX. Al mismo tiempo, el 80% de los ingresos de la compañía Spirit AeroSystems, con sede en Kansas y fabricante del fuselaje para el polémico aparato, depende del fabricante estadounidense.

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Boeing 737, planta de Renton | Foto: Dan Bennett (CC BY 2.0)

Otra de las compañías afectadas por la suspensión es la francesa Safran, que en asociación con G.E. y Airbus, principal rival de Boeing, fabrica los motores para el MAX. En concreto, estas piezas se fabrican, en España, en el Centro Bahía de Cádiz de Airbus Defense. Como consecuencia de la paralización del MAX, Safran planea reducir su producción para provees a 15 aviones al mes. Antes lo hacía para 42 unidades. 

Curiosamente, otra fábrica de Airbus en España, la de la Tablada (Sevilla), se encarga de parte del timón vertical del 737MAX. Este trabajo lo desempeña junto con la compañía aeronáutica burgalesa Aciturri. Así, de acuerdo con el diario El Confidencial, plantas de Aciturri en Miranda de Ebro (Burgos), Boecillo (Valladolid) y Tres Cantos (Madrid) se verán afectadas por esta situación. 

Por otro lado, la paralización de la flota de los 737MAX desde el pasado marzo, tras protagonizar los accidentes mortales de Indonesia y Etiopía, ha dejado pérdidas de 400 millones de dólares por trimestre en G.E., de acuerdo con funcionarios de la propia entidad. 

En la otra cara de la moneda se sitúa Honeywell, que proporciona radares meteorológicos y sistemas de asesoramiento de cabina al gigante aeroespacial. Uno de sus portavoces aseveró que la empresa no tendría “un impacto financiero significativo” por la paralización de ese avión.

Más efectos

El problema en estos casos, de acuerdo con los expertos en la industria, es que los proveedores de Boeing de asientos o fuselaje pueden depender, a su vez, de otras muchas compañías a las que compran material, por lo que se termina conformando una red de hasta 8.000 proveedores. No todos ellos, sin embargo, proporcionan elementos para el MAX.  

Boeing ha adelantado que no realizará despidos en la plataforma de Renton, donde 12.000 trabajadores construyen el polémico avión. Asimismo, aseguró que seguirá comprando a algunos proveedores importantes, aunque lo más probable es que lo haga a un coste reducido.

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Boeing 737 MAX, planta de Renton | Foto: Paul Thompson (CC BY-ND 2.0)

Por el momento, se desconoce cómo afectará exactamente el cese de la producción a la red de proveedores, debido a que Boeing solo adelantó que la suspensión se iniciaría en enero, pero no cuánto tiempo duraría. Pese a ello, todo apunta a que se producirán recortes de plantilla, salariales y de permisos de trabajo en esta red. Se estima, que el fabricante genera cerca de un millón de empleos indirectos.

El pasado abril, el gigante aeroespacial anunció que reduciría la fabricación de estas aeronaves de 52 a 42 al mes. Como consecuencia, Spirit AeroSystems se vio obligada a congelar contrataciones, reducir las horas extras y disminuir el uso de contratistas. En junio, a su vez, recortó el salario de casi 6.000 empleados un 20% hasta finales de agosto. 

En este sentido, los expertos señalaron que los principales proveedores, que fabrican también para otras empresas, soportarán mejor esta crisis, mientras que los más pequeños y, por tanto, con menos clientes, se verán más afectados. No obstante, alertaron de que un paro de producción superior a un mes podría amenazar hasta las compañías más grandes.

Impacto económico

Boeing anunció que el impacto económico de la crisis del 737MAX es de 8.000 millones de dólares, cifra que podría aumentar. La producción del aparato cuesta actualmente alrededor de 2.000 millones al mes, de acuerdo con la empresa financiera J.P. Morgan. Con el cese de la producción, la compañía espera reducir estos costes. 

En cuanto al efecto de la suspensión a nivel global, el economista jefe de Moody's Analytics, Mark Zandi, consideró que el crecimiento del PIB podría reducir entre una o dos décimas. "En el gran esquema de las cosas no va a cambiar la trayectoria de la economía", sentenció.