En los últimos años, se ha producido una fuerte tendencia en la hotelería mundial: las cadenas hoteleras clásicas están disminuyendo el porcentaje de establecimientos en propiedad y apuestan por la gestión o el alquiler, mientras que los fondos de inversión se están convirtiendo en los grandes propietarios hoteleros (véase el caso de Blackstone que ya domina el mercado hotelero español). Así, la francesa Accor y las españolas Med Playa o Lopesan Hotel Group, entre otras, han acometido fuertes desinversiones en activos, lo que les ha permitido inyectar efectivo o liquidar deudas.
Ahora, una de las principales empresas de grandes almacenes de España, El Corte Inglés (ECI), está copiando el modelo de las hoteleras y acometiendo un fuerte plan de desinversión. Según informa El Economista, la empresa ha llegado a un acuerdo para vender sus centros de Los Arcos (Sevilla) y Bahía Sur (Cádiz) a Castellana Properties y revisa deshacerse de otra docena de centros.
El importe de la operación ha sido de 36,8 millones, que ECI destinará principalmente a reducir su deuda. Los establecimientos cerrarán sus puertas tras el verano para ser sometidos a una renovación y reabrir en régimen de arrendamiento. Estos dos centros se encuentran fuera del paquete de 95 activos que El Corte Inglés ordenó a PricewaterhouseCoopers (PwC) vender por un importe de 1.000 millones euros.
Fuentes del citado medio sostienen que la compañía está estudiando la venta o transformación de sus centros de Éibar (Guipúzcoa), Talavera de la Reina (Toledo), Jaén, Castellón, Córdoba, Albacete, Guadalajara o Xanadú (Arroyomolinos, Madrid).