A falta de turismo, el hotel Silken Al Ándalus, el de mayor tamaño de Sevilla con 623 habitaciones, se ha reinventado con el fin de que la actividad no pare en sus instalaciones recientemente reformadas y que se estrenan en su reapertura.
Tal y como informa ABC, el establecimiento, que reabrió el lunes 8 de junio con una ocupación del 15% y el 20% de su plantilla en servicio, ha cambiado los usos de los espacios de reuniones, ofreciéndolos a los negocios locales cuya capacidad no es suficiente para adaptarse a las nuevas exigencias de seguridad.
Así, sus salones acogerán desde reuniones de trabajo a exámenes del Instituto Británico (en este caso a partir del 15 de junio y durante tres semanas). También durante los más de dos meses y medio de parón del turismo hasta se convirtieron en peluquerías improvisadas.
“Hemos sufrido mucho y ahora hay que tirar para adelante”, comenta Alberto Blanca, director del hotel. Lo cierto es que las perspectivas con respecto a la recuperación turística parecen mejorar y es que las reservas apuntan a que la ocupación de junio será del 25%. “En las últimas semanas hemos ido llamando a nuestros clientes para sondear las previsiones y eran muy pesimistas, pero una vez que se anunció la apertura las reservas están aumentando, ahora sólo nos falta que suban más las temperaturas”, destaca Blanca.
Cree además que deben focalizarse en el cliente nacional que viaja por negocios y que en julio aumentará la ocupación de nuevo. No obstante, se quedará lejos de la media del 80% registrada en este mismo mes en los últimos años.
Protocolos de seguridad
Para acoger a los huéspedes el hotel ha adaptado sus instalaciones. Ha habilitado una entrada y una salida con accesos diferentes y puertas giratorias, ha instalado una alfombra desinfectante en recepción, también ha señalizado las distancias en el suelo, han instalado dispensadores de gel hidroalcohólico y se tomará la temperatura de los clientes en recepción.
En las habitaciones se utilizarán con frecuencia máquinas de ozono y de peróxido de hidrógeno y se facilitará un pack de amenities que incluye guantes, mascarillas y toallitas con gel. También se ha instalado una máquina de rayos ultravioleta para higienizar llaves y otros objetos. A su vez, las toallas serán de un solo uso si el cliente lo solicita, las cartas del restaurante y la información estará disponible mediante códigos QR. Asimismo, el acceso de los clientes a la piscina se controlará por personal del hotel y se desinfectará continuamente tanto las tumbonas como el agua.
Medidas de control adicionales por el fútbol
No bastarán simplemente estas medidas y es que el Silken Al Ándalus tendrá que implementar también protocolos adicionales por el fútbol y es que es un hotel de LaLiga al acoger de forma habitual al Betis. Así, además de los cuidados detallados anteriormente, en este caso tendrán que aplicar sistemas de desinfección en las entradas al parking y en las zonas que usen los futbolistas. Para ellos, el servicio de comidas será individualizado y mediante dosis empaquetadas y las toallas serán de un solo uso. “Los trabajadores que vayan a atender directamente a los jugadores deben hacerse semanalmente un PCR y el día del partido un test rápido, así hasta que acabe LaLiga”, añade Blanca.