Mientras políticos, touroperadores extranjeros y hoteleros apuestan por un alargamiento de la temporada turística en Mallorca, la oferta complementaria tiende hacia lo opuesto. Este es el caso de restaurantes y discotecas de las islas que han optado en este año por la contención de precios y acortar el calendario de actividad debido a que esperan una temporada en la línea de 2024, es decir, sin un gran gasto turístico.

Esta reducción en el gasto puede explicarse en que los ahorros producidos durante la pandemia ya se hayan acabado, a lo que hay que sumar el encarecimiento de los precios en general, pero también de alojamientos y billetes de avión. “La gente hace el esfuerzo para ahorrar y poder viajar, pero no tiene la misma capacidad de gasto”, justifica Juan Miguel Ferrer, presidente de Restauración Mallorca CAEB.

De hecho, esta caída del gasto turístico ya se ha notado. En la zona norte de Mallorca, en destinos como Alcúdia o Playa de Muro, la facturación en marzo cayó un 50% respecto al mismo mes del año anterior. 

Por su parte, Miguel Pérez-Marsá, presidente de la Asociación de Establecimientos de Ocio y Entretenimiento (ABONE), explica que el año pasado trataron de alargar la temporada y les salió el tiro por la culata. Para el empresario, la temporada “realista” debería ser desde el 15 de mayo hasta mediados de septiembre.