La filial argentina de Norwegian ha tenido que ceder uno de sus aviones, un Boeing 737-8JP, a la aerolínea en Europa, para que su operativa no se vea afectada, en plena temporada alta, por la inmovilización de los Boeing 737 MAX.
El pasado marzo tuvo lugar un apagón total de los Boeing 737 MAX, cuando diferentes autoridades de aviación civil internacionales, como la europea, la estadounidense y china, ordenaron dejar en tierra este tipo de aeroplanos, tras los accidentes mortales de Indonesia y Etiopía. A consecuencia, Norwegian tuvo que inmovilizar 18 aviones de su flota.
Según ha informado Clarín, de esta manera, la filial argentina pasará a operar con tres de los cuatro Boeing 737-8JP de los que disponía, lo que supone efectuar cambios en su itinerario de vuelos. La línea aérea indicó en un comunicado que “el nuevo esquema buscará afectar de la menor manera la operación que la compañía desarrolla hoy en el país”.
De acuerdo con los datos de la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC), Norwegian Argentina trasladó a 293.000 pasajeros de enero a marzo de 2019, que representa el 7% del mercado total de cabotaje, siendo la ocupación media del 61%. Pese al contratiempo que supone ceder una aeronave, la compañía “mantiene sus planes de expansión y desarrollo”, entre los que se encuentra el incremento de la flota de entre 6 a 10 aviones a finales de este año.
También tiene intenciones de aumentar sus vuelos a la ciudad argentina de Bariloche desde el Aeroparque Internacional Jorge Newbery, en Buenos Aires. La aerolínea ofrece vuelos desde este punto a Córdoba, Mendoza, Iguazú, Neuquén y Salta.