"O el gobierno paga por el asiento central o no volamos". Así de contundente se ha mostrado el consejero delegado de Ryanair Group (Ryanair, Lauda, Buzz y Air Malta), Michael O'Leary, sobre la opción de dejar las plazas centrales de los aviones libres, para respetar las recomendaciones de distanciamiento social y minimizar así el riesgo de contagios de COVID-19.
Según ha informado RT, O'Leary ha manifestado así su oposición a dejar estos asientos libres, una vez se inicie el proceso de desescalada y las aerolíneas puedan reanudar su actividad. "Incluso si lo hacen, la butaca central no supone ningún distanciamiento social, así que es una idea idiota que no aporta absolutamente nada", apuntaló el CEO del grupo de aerolíneas.
Lo cierto es que dejar estas plazas vacías se resume en pérdidas para las compañías, ya que no podrían vender la capacidad total del vuelo. Precisamente, el director general de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), Alexandre de Juniac, advirtió recientemente del riesgo que implica para la liquidez de las aerolíneas este tipo de medidas.
Pese a que se han propuesto otras medidas para respetar el distancimiento social, como la instalación de pantallas divisorias en los laterales de los asientos del avión o el cambio de la disposición de las butacas siguiendo un diseño en 'S', O'Leary se ha mostrado a favor de seguir el ejemplo de China e implementar la medición de temperatura en los aeropuertos.