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"La quiebra de Cook es un ejemplo del momento de turbulencia que está viviendo el turismo"
Gabriel Escarrer, CEO de Meliá Hotels International y presidente de Exceltur, ha lamentado la desaparición del gigante turístico Thomas Cook, apuntando que el futuro “no es de los más grandes, sino de los más rápidos”, algo que Cook no supo aplicar
Escarrer, en una entrevista concedida al Diario de Ibiza, tildó la insolvencia de Cook como “una muy mala noticia”, no solo por el grupo, sus empleados o clientes, “sino para el conjunto del sector”. Lo cierto es que la compañía del corazón amarillo fue partner de Meliá desde los inicios de la hotelera, hace más de 60 años.
Sin embargo, aseguró que la quiebra del grupo turístico no le supuso una sorpresa porque “es un ejemplo muy claro del momento de turbulencia y de intensa transformación que está viviendo la industria turística, tanto por factores exógenos, de geopolítica, macroeconomía, etc., como por el cambio radical que la digitalización está imponiendo a las empresas”.
Efectos para Meliá
En este sentido, indicó que la quiebra de Cook no tendrá un impacto “tan grande” para Meliá, gracias a que la hotelera ha construido “un modelo de negocio muy diversificado con cuatro grandes líneas de negocio: melia.com y MeliaPro (plataforma para profesionales), para el negocio B2B; grupos/negocios (MICE); agencias de viajes online (OTA); y touroperadores tradicionales o de paquete, que representan tan solo un 26% de las ventas globales”.
“Thomas Cook representaba menos del 2% de las reservas, por lo que no habrá un impacto como el que sugiere y, por ello, puedo decirle también que no anticiparemos el cierre de ningún hotel por esta circunstancia”, concretó. A todo esto, añadió que la política de riesgos de Meliá “es muy estricta”, por lo que “los saldos pendientes con Thomas Cook están garantizados”.
Impacto en Baleares y Canarias
El CEO de Meliá auguró dos impactos en el archipiélago balear, uno de ellos en los hoteles y cadenas “que dependían totalmente, o en muy alta medida, de las reservas de ese touroperador”, que en algunos casos “puede ser muy grave para sus cuentas”. El otro en la distribución aérea, que podría afectar a la conectividad.
No obstante, Baleares está al final de la temporada de verano, por lo que el impacto es “potencialmente mayor en Canarias”, donde está a punto de arrancar la temporada de invierno, la más alta para este archipiélago. A este respecto, destacó la supervivencia de la aerolínea Condor, “muy importante para el mercado alemán”.
Como soluciones, propuso "dejar actuar al mercado, que buscará las vías para recomponerse", además de que "otros operadores más ágiles y adaptativos se repartirán la cuota de Thomas Cook", tanto en hoteles, como en vuelos y comercialización de viajes.
También, señaló que el "sector público debe hacer una urgente reflexión y un plan de acción a corto plazo para reducir barreras competitivas y que otras aerolíneas programen vuelos a la península e islas". Bajo este marco, instó a Balears a dar ejemplo "retirando temporalmente la ecotasa", así como a los gobiernos, a medio plazo, a impulsar la "modernización y transformación digital de las pequeñas y medianas empresas".
En esta línea, pidió al Ejecutivo central retirar o reducir las tasas aéreas y aeroportuarias, intensificar la labor de promoción con las oficinas de turismo en los principales mercados emisores y, especialmente, "ventajas e incentivos fiscales y facilidades para la financiación y la modernización", para aumentar la competitividad. "Creo que la alta dependencia de la touroperación de destinos como Turquía y el Norte de África podría convertir esta crisis en una oportunidad", agregó.
Las causas de la quiebra
Escarrer reiteró que el error de Cook fue "no saber transformarse y adaptar su modelo de negocio al nuevo paradigma digital y al nuevo entorno competitivo de la industria" y consideró como "pésima" la gestión realizada por el equipo directivo. Sobre el Brexit, señaló que "ha añadido incertidumbre, pero no ha sido el causante del problema".
A este respecto, aclaró que no se encontraba entre los empresarios que intentaron salvar a Cook, pese a parecerle una "iniciativa loable". "La descarté desde el principio, pues me pareció completamente inviable, y que llegaba, además, demasiado tarde, y que no era suficiente para contener la 'ola', cuya dimensión real se está conociendo ahora", sentenció.
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