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Rusia utiliza la aeronáutica como arma contra occidente

Dentro de la disputa que mantienen Boeing y Airbus, la Organización Mundial de Comercio (OMC) ha sancionado a la empresa estadounidense con una multa de 5.700 millones de dólares por haber percibido más de 5.000 millones de euros por parte de Estado de Washington para la fabricación de su 777X. En contraprestación, la compañía garantizaba que dicha construcción se llevaba a cabo en el estado y que no contaría con piezas fabricadas en cualquier otra nación.Esta decisión ha sido bien recibida por la Comisión Europea que la ha calificado como “una importante victoria para la Unión Europea y su industria aeronáutica", según palabras de la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, que aseguró que esperan “que Estados Unidos respete las reglas y elimine esos subsidios sin ningún retraso".Se trata de un paso más en un contencioso que mantienen las compañías situadas en ambos lados del atlántico. Por un lado, Estados Unidos denuncio ante la OMC los subsidios que Airbus recibía por la fabricación del A380, mientras que también está activo otro caso relacionado con las ayudas por parte de la Nasa y el Departamento de Defensa estadounidense a la I+D de Boeing.

Rusia ha encontrado en el sector aeronáutico el arma perfecta para responder a la escala de sanciones internacionales a las que se ha enfrentado desde el 1 de agosto de 2014 por su implicación en el conflicto de Ucrania. 

Viktor Kladov, director de colaboración internacional del conglomerado ruso Rostec ha señalado que "en occidente entienden que si ellos optan por un bloqueo a toda colaboración con Rusia, esta medida no solo perjudicará a nuestro país, sino también al de ellos”.

 En este sentido, la empresa VSMPO-Avisma es una de las piezas clave en la lucha. La compañía cubre el 40% de las necesidades de titanio de Boeing, el 60% de las de Airbus y el 100% de las de Embraer, por lo que un recorte en los suministros podría causar efectos negativos en la industria aeronáutica de EE.UU.  Europa, según publica la agencia rusa Sputnik. 

La empresa rusa es la mayor productora de titanio y productos derivados del mismo del mundo. Para 2020 espera aumentar su producción un tercio hasta las 40.000 toneladas en cada ejercicio. Además, firmó en 2014 una ampliación de su contrato con Boeing hasta 2022. 

Además, la relación con la constructora estadounidense no acaba ahí. Ambas compañías cuentan con una empresa conjunta de procesamiento de piezas forjadas de titanio: Ural Boeing Manufacturing. Ahora todo esto está en juego. 

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