La población, especialmente la de los países desarrollados, está experimentando un proceso de envejecimiento que si bien genera cierta inquietud sobre el futuro demográfico, también se convierte en una gran oportunidad para nuevos modelos de negocio.
Según recoge El País, actualmente el 9% de la población mundial tiene más de 65 años y en 2050 la ONU estima que representará el 16% del total. Además, en 2050 “habrá en el mundo más de 400 millones de personas con 80 años o más, y 3,2 millones de centenarios”, según el Centro Internacional sobre el Envejecimiento (Cenie). En Europa la situación será aún más marcada y es que la Comisión Europea prevé que uno de cada tres ciudadanos superará los 65 años en 2060.
Ante dichas previsiones, todas las vistas están puestas en la ‘silver economy’ o economía plateada, que alude a aquellas oportunidades de negocio que se generan debido al envejecimiento de la población. Y es que este grupo de consumidores es toda una realidad: en 2015, los mayores de 50 de la Unión Europea consumieron bienes y servicios por valor de 3,7 billones de euros.
Una de las industrias que más atención debe prestar a este fenómeno es, sin duda, la turística. Tener en cuenta las preferencias de este perfil de cliente y, sobre todo, pensar en accesibilidad a la hora de diseñar productos y servicios adaptados será clave.
Y es que este grupo conocido como los madurescentes, gerontolescentes, viejenials, adultescentes o joviejos busca nuevas formas de ocio, de entretenimiento y de envjecimiento activo que deben ser tenidas en cuenta para las empresas turísticas que quieren asegurar su supervivencia y es que los mayores de 65 años son ya los viajeros que más gastan generando el 16% del gasto turístico en la UE (66.000 millones de euros) y el principal nicho de mercado del turismo de aventura (el 40% de los clientes tiene más de 50 años).