La iniciativa de un grupo de jóvenes ha salvado a la localidad zaragozana de Anento del olvido. El pueblo, que figura entre los pueblos más bonitos de España desde 2015, estaba prácticamente aislado y deshabitado en los años 80, pero poco a poco, se ha convertido en un importante punto turístico en Aragón.En tres décadas, el municipio ha pasado de estar prácticamente en ruinas y contar con 11 habitantes censados, a tener tres casas rurales, un albergue, un restaurante, una oficina de turismo y contar con 105 vecinos. Según ha declarado Enrique Cartiel, uno de los impulsores de la idea: "Vimos un artículo en la contraportada del periódico Heraldo de Aragón en la que se describía la situación de Anento y se decía que la iglesia, a pesar de su abandono y su casi derrumbado tejado, guardaba un tesoro en su interior: el retablo gótico de San Blas y la Virgen de la Misericordia datado en el siglo XV, que aún se conserva. Esto nos animó a juntarnos y a movernos para reconstruir las casas y desarrollar las infraestructuras necesarias con ayudas de la Diputación provincial y el Gobierno de Aragón”.Desde el principio los jóvenes buscaron que Anento se diferenciara de la mayoría de ciudades y pueblos del entorno y el resultado es un pueblo que evoca a una villa medieval en pleno siglo XXI a tres cuartos de hora de Zaragoza