Con la llegada de la pandemia, el sector turístico se vio sumido en una grave crisis que obligó a la mayoría de destinos a replantear su oferta y su modelo vacacional. Los más habituados a llenar en verano, con la llegada de la temporada alta, han comenzado a priorizar la desestacionalziación para repartir durante todo el año el flujo de turistas.

Este es el caso de la comunidad autónoma del Principado de Asturias que, en boca del presidente de la patronal unificada de hostelería y turismo OTEA, José Luis Álvarez Almeida, ha rechazado el crecimiento en el número de visitantes durante los meses de mayor afluencia. “En julio y agosto no queremos más turistas; para que Asturias sea rentable hay que desestacionalizar”, ha manifestado Álvarez Almeida, apuntando, a su vez, a los vuelos internacionales y el AVE como factores clave para conseguir dicho objetivo.

Y es que, tras la crisis sanitaria y el auge del turismo de naturaleza y al aire libre, así como las continuas olas de calor que están provocando el trasvase de turistas desde el mediterráneo y sur al norte de España, la región está experimentando un crecimiento turístico sin precedentes que le está llevando a presentar cifras récord de viajeros y pernoctaciones este 2023. Por ello, el propio presidente autonómico, Adrián Barbón, manifestó el pasado mes de mayo que la región “no quiere un turismo de masas tipo Benidorm”, sino que prefieren enfocar su crecimiento turístico a la oferta ecoturística, cultural, gastronómica y patrimonial.