Islas Baleares afronta el inicio de una temporada turística muy alentadora en cuanto a las previsiones de reservas —especialmente del mercado alemán—, pero en la que el destino tendrá que hacer frente a varios desafíos. A la escasez de suministros químicos y al aumento de los precios de billetes de avión, se suma un nuevo desafío: la alerta de sequía.
Según la Dirección General de Recursos Hídricos, en marzo, los acuíferos baleares se encuentran al 58% de su capacidad. Se trata de una cifra al mismo nivel de la registrada por estas fechas de 2021; sin embargo, este año hay un factor diferencial que puede acelerar el proceso de sequía en el archipiélago: este año se espera una mayor explotación de los recursos debido a la mayor afluencia de turistas, tanto en hoteles como en alquiler vacacional, tras dos años de parón por la pandemia.
Debido a ello, las previsiones de la Consellería de Medioambiente ya apuntan a que en verano se entrará en situación de alerta o prealerta mucho antes que el pasado año, informa Diario de Mallorca.