La quiebra del gigante turístico Thomas Cook ha puesto contra las cuerdas no solo al sector turístico de Baleares, sino que también a su economía, que se sustenta fundamentalmente del turismo (supone el 45% de su PIB). Esta situación, además, ha puesto a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades.

Según ha informado Diario de Ibiza, el Govern balear puso en marcha el pasado jueves, 3 de octubre, su plan de choque, que se complementará con el diseñado por el Estado, que incluye el préstamo de unos 300 millones de euros para los afectados por la desaparición de Cook, que se contabilizan en unas 1.000 empresas, de las que 600 son hoteleras.

La propuesta del Govern, en concreto, pasa por ofrecer ayudas a los trabajadores, bonificaciones autonómicas y estatales y créditos blandos para las empresas, así como por habilitar una red de ventanillas únicas para agilizar los procesos. También, incentivos para las aerolíneas, con el fin de recuperar la conectividad perdida: 354.000 plazas aéreas con Thomas Cook, desde septiembre de 2019 a agosto de 2020.

Bajo este marco, los alojamientos damnificados de menos de 250 trabajadores, proveedores y oferta complementaria tendrán acceso a una línea de crédito ISBA (Sociedad de Garantía Recíproca) de 10 millones de euros, a interés cero, para devolver en tres años. A su vez, se entregará el 100% de lo recaudado con la ecotasa, entre julio y septiembre de 2020, a los hoteleros. También, se impulsará un programa para fomentar la recolocación de los afectados.

En este sentido, el gobierno regional lanzará una medida dirigida a los empleados directos del desaparecido grupo turístico. Así, quienes no tengan reconocido el derecho a cobrar prestaciones y no hayan encontrado otro trabajo, cobrarán 500 euros durante cuatro meses. El Govern ha tildado esta medida como prioritaria, por lo que se pondrá a trabajar en ella de forma inmediata.