El Ayuntamiento de Barcelona ha llegado a un acuerdo “histórico” con el presidente del Puerto, Sixte Cambra, para poner un límite al número de cruceros que llegan a la ciudad. La instalación portuaria es la cuarta a nivel mundial en número de cruceristas. Recibe 2,6 millones al año.
De las ocho terminales y nueve barcos actuales, se pasará a siete terminales y siete barcos, según ha publicado Crónica Global. Las terminales se ubicarán en el muelle Adossat, para que en el conocido como ‘puerto ciudad’ se abran zonas para el uso ciudadano.
La alcaldesa Ada Colau ha señalado que: “Definimos claramente cómo queremos que sea el puerto y el espacio litoral. Queremos que sea un espacio más ordenado, abierto y mucho más ciudadano”.
Entre las modificaciones acordadas, en las terminales Maremànum y Drassanes se retirarán todas las vallas existentes entre el Portal de la Pau y el World Trade Center. En la Norte, se eliminarán los usos comerciales y en la Sur dejarán de operar los cruceos.
En la Nova Bocana, situada junto al Hotel W, se prevé un aumento del espacio público de 14.000 metros cuadrados adicionales.