Benidorm (Alicante) ha prohibido el uso de los scooters de movilidad y scooters eléctricos, así como de los segways en las aceras. Además, ha impuesto un límite de velocidad de 19 km/h para los vehículos eléctricos, cuya infracción supone una multa de 500 euros.
Según ha informado Daily Mail, la medida afectará tanto a los residentes como a los turistas, quienes han sido criticados en numerosas ocasiones por utilizar estos vehículos para desplazarse, aunque no los necesiten físicamente. Lo cierto, es que los turistas alquilan, cada vez más, este tipo de vehículos para desplazarse por la ciudad alicantina. Los scooters eléctricos pueden arrendarse por medio de una aplicación, así como estacionarse en cualquier lugar de la calle, desde donde lo podrá alquilar un nuevo usuario.
La nueva normativa del consistorio alicantino obliga a los usuarios de estos dispositivos a contar con un seguro, utilizar casco y un chaleco reflectante, o en su lugar una campana, para alertar a los viandantes de su presencia. Pese a que la norma ya ha sido aprobada por el pleno municipal, se someterá a consulta pública.
Esta iniciativa forma parte de los esfuerzos de Benidorm para acabar con el turismo incívico. Bajo este marco, la ciudad también ha restringido la venta de souvenirs, alcohol y artículos lascivos que fomenten una imagen negativa de la ciudad. Tal es así, que durante esta semana se han incautado diferentes productos en distintas tiendas, como mecheros con imágenes de mujeres desnudas, dulces con forma de genitales o pechos falsos.
Reacciones
La noticia no ha dejado indiferentes a los lectores del diario británico. Algunos, por ejemplo, criticaron la medida, diciendo que convertiría a Benidorm en “un pueblo fantasma”. También, auguraron que los hoteles se quedarán “vacíos”.
Otros se manifestaron a favor de la norma, ya que la urbe alicantina se había convertido en la “capital mundial de la movilidad en scooters”. Un lector, a su vez, critió el “abuso de los scooters” en la ciudad. “Las personas con movilidad perfecta se desplazaban con estos vehículos y luego los aparcaban para entrar a tiendas y bares”, aseguró.