Hace 15 años el Monasterio de Santa María de Rioseco (siglo XIII), ubicado a orillas del Ebro, en la comarca burgalesa de Las Merindades, estaba a punto de desaparecer —figurando incluso en la Lista Roja del Patrimonio en Peligro—. Hoy en día se ha convertido en un posible revulsivo turístico para la zona, gracias al programa de voluntariado ‘Salvemos Rioseco’.
Una de las voluntarias y vecina del valle, Chelo Pérez, apunta a un único responsable de este “milagro”: Juan Miguel Gutiérrez, el párroco de la zona. “Me dijeron que entre las parroquias había un monasterio, pero solo pude encontrarlo con la ayuda de los vecinos; me pareció un sitio fantástico”, cuenta el religioso.
No obstante, tal y como explica uno de los protagonistas de esta historia de voluntariado a elDiario.es, “el panorama era desolador”. El lugar se encontraba completamente desahuciado, el monasterio estaba completamente cubierto por maleza, “pero al mismo tiempo conservaba el encanto que tienen los sitios abandonados”.
Ahora, el monasterio está a punto de completar la primera fase de proyecto de intervención, se han recuperado las cubiertas y se han reforzado las bóvedas. Además, se ha convertido en un emblema turístico de la zona, recibiendo en 2022 más de 50.000 visitantes, lo que le ha servido para hacerse con el premio de recuperación Hispanis Nostra. También fue nombrado Bien de Interés Cultural por la Junta de Castilla y León en 2019.