Los hoteleros catalanes han exigido que alejen el conflicto catalán de las playas y el turismo. Según informa Crónica Global, el sector turístico respeta tanto a los que han construido en los arenales los denominados cementerios independentistas, como a los que los desmontan, pero piden que "no se repitan los episodios de violencia".
En algunos sitios costeros como Canet de Mar (Barcelona) o Llafranc (Girona) se han vivido recientemente momentos de tensión entre miembros del Comité de Defensa de la República (CDR) y bañistas que exigían espacio y neutralidad en los lugares públicos.
Martí Sabrià, gerente del Grupo Costa Brava Centre, ha pedido que “impere la tolerancia” en los lugares públicos. Según el directivo, los turistas que ahora ocupan los hoteles de la Costa Brava, mayoritariamente franceses, no se han quejado de la simbología en el espacio público, aunque sí han preguntado.
Aunque los turistas internacionales todavía no han penalizado las playas, el sector de los jubilados españoles sí lo ha hecho. El Imserso se ha quedado sin cubrir plazas en Cataluña por primera vez en la historia.
El temor de los empresarios hoteleros es que ahora sean las familias, tanto nacionales como extranjeras, las que busquen otras alternativas costeras cuando planifiquen sus vacaciones. “A nadie le apetece ir a la playa con sus hijos y toparse con cruces o banderitas” que solo sirven para crear un clima de confrontación, aseguran desde este sector.