Realizar actividades en la montaña es una opción por la que muchos optan para pasar sus vacaciones, sin embargo, no todo vale y la falta de preparación suele jugar muy malas pasadas a los turistas que querían contactar con la naturaleza.
Tanto es así que, según explica Elisabeth Esporrín en Nieve Aventura, entre el 1 de junio y hasta el 15 de agosto del 2018 los Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) han llevado a cabo 328 rescates en todo el país, en los que se han cifrado en 28 los fallecidos, 223 los heridos y 254 personas han resultado ilesas.
Y, sorprendentemente, la actividad que ha registrado una mayor siniestralidad es el senderismo, que ha sumado 160 accidentes, muy por encima de otras actividades a priori más peligrosas como la escalada, el barranquismo, el esquí o las travesías en Mountain Bike.
Es justamente la facilidad presupuesta en el senderismo la que provoca su mayor índice de accidentes, y es que muchos deciden practicarlo sin tener la preparación adecuada ni a nivel físico (47% de los rescates), ni a nivel técnico (48,5%) ni el equipamiento adecuado.
Las cifras de siniestralidad se reparten de forma desigual, siendo más comunes los rescates en el caso de amateurs (44%) que en el de federados en la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (25%).