El sexo callejero se ha convertido en un reclamo turístico en España. Páginas como www.mispicaderos.com o gays-cruising.com fomentan este tipo de prácticas y dan información sobre los lugares claves para hacerlo sin ser detenidos. La última incluso cuenta con una función GPS para localizarlos. En las zonas turísticas es bastante frecuente encontrar este tipo de paraderos donde los viajeros dan rienda suelta a la pasión.
Solo en Madrid existen 200 lugares aptos, aunque en los últimos tiempos, con el auge de las apps de ligue, han perdido público. El Retiro, la Ciudad Universitaria, el Templo de Debod o la Casa de Campo son los lugares favoritos para practicar cruising, nombre que recibe la actividad del público gay. En zonas como Sitges y Maspalomas siguen triunfando.
Sin embargo, esta tendencia no es exclusiva de los homosexuales. Los heterosexuales también se interesan por el sexo en lugares públicos. Esto recibe el nombre de dogging y al contrario que el cruising no parte de la discreción, sino que tiene su base en el vouyerismo y los coches adquieren un papel protagonista en el juego.
Si el vehículo está abierto y con las luces encendidas, desconocidos pueden participar en el encuentro. Si por el contrario las puertas están cerradas, no se permite contacto físico pero sí mirar. Si el interior no tiene luz, la pareja no quiere ser molestada.
Su popularidad es tal que el foro privado Doggin Spain cuenta ya con 300.000 perfiles registrados.