En 2038, Mallorca será más sostenible y silenciosa. Su población crecerá hasta alcanzar los 900.000 habitantes (100.000 más que ahora) y la temperatura será entre 1,8 y 2 grados más alta que en el periodo 1980-2010, según expertos consultados por Diario de Mallorca.
Además de esto, el llamado ‘turismo de borrachera’ habrá desaparecido. "Habrá un reposicionamiento natural hacia un turismo con una mayor capacidad adquisitiva. Aquí el territorio es limitado, y todo lo escaso es caro. Si le añades que los costes operativos subirán, quedará muy poco margen para ese turismo. Todo apunta a que no sobrevivirá", explica Antoni Munar, experto en Turismo.
No se conseguirá la desestacionalización pues "el sol y playa seguirá mandando, y como ahora habrá dos temporadas. Aunque sí, la de invierno será más potente que ahora", señala. A esto añade que "viajar será más barato. Y los aviones más rápidos y eficientes. Estamos condenados a ser destino de gama alta".
El alquiler vacacional seguirá creciendo y en veinte años “pasará del 15% actual al 25%. Las plataformas serán más agresivas que ahora".
En cuanto a las temperaturas, Agustí Jansà, exdirector regional de la Agencia Estatal de Meteorología argumenta que "el contraste entre invierno y verano será cada vez más marcado, difuminando la primavera y el otoño". Aunque "de todos modos a la hora de hacer proyecciones hay que tener en cuenta las emisiones a la atmósfera. Si hemos logrado reducirlas sustancialmente, las cifras pueden variar".
A su vez, el mar continuará ascendiendo como efecto del calentamiento global. "A día de hoy el mar sube 2'5 milímetros al año. Estimamos que en 2040 habrá subido entre 10 y 25 centímetros con respecto a los niveles registrados en el siglo XX. Eso puede afectar a algunas playas", apunta.
Por otra parte, habrá una tendencia a la robotización. De hecho, Carles Manera, presidente del Consejo Económico y Social de Balears, desvela que “algunas empresas turísticas americanas están sustituyendo a las 'kellys' [camareras de piso] por robots. Y ensayan con hologramas en las recepciones en lugar de personas. Puede que también lo veamos en nuestros hoteles".
Los coches eléctricos supondrán “más de la mitad de los coches que circularán por la carretera”, según estimaciones de Joan Groizard, director general de Energía y Cambio Climático del Gobierno Balear. Además, "será normal ver edificios cubiertos por placas solares” y habrá menos campos de golf, debido a la escasez de agua.