La intención del Gobierno de ceder a empresas privadas la gestión de las torres de control de siete de los mayores aeropuertos del país tiene un nuevo grupo de detractores: los bomberos.
Según recoge La Información la privatización de la gestión aérea de Palma de Mallorca, Málaga, Gran Canaria, Tenerife (Sur y Norte), Bilbao y Santiago de Compostela mermará su seguridad.
Desde la Coordinadora Unitaria de Bomberos (CUBP), asociación que agrupa a personal adscrito a las distintas administraciones públicas, recalcan que la privatización de este servicio en otros aeródromos ya se ha traducido en una situación comprometida para la plantilla. "Donde éramos ocho o nueve para cubrir un aeropuerto, ahora somos seis o siete, el mínimo de plantilla que fija la OACI. Hemos ido sucumbiendo a los ingresos bursátiles y nos han recortado dotaciones y parques móviles", se ha lamentado Ruymán Capote, portavoz de la CUBP.
Capote ha alertado de que la búsqueda de ahorro constante de las empresas privadas que se hacen cargo de estos servicios puede traducirse en accidentes y critica que la privatización limita la actividad de los bomberos. "Antes trabajábamos en zona aire, en pistas, rodaduras, parkings, terminales y hasta 8 kilómetros alrededor del aeropuerto. Ahora estamos abocados a quedarnos en el parque y no podemos atender una emergencia en las inmediaciones del aeropuerto”, subrayó.
Se suma a la postura contraria que también mantienen desde el sindicato mayoritario de los controladores USCA, que critica que “un servicio público, que se presta con fuertes condiciones de seguridad y que produce un gran beneficio al Estado se le acabe regalando a una empresa privada”.
Por su parte, la patronal de las líneas aéreas, ALA, haya mostrado su total apoyo a la iniciativa gubernamental para "ganar en eficiencia" y "mejorar la calidad del servicio sin comprometer la seguridad".