El grupo político Podemos ha anunciado que está preparando una ley para la regulación integral del cannabis, siguiendo como ejemplo el modelo de Canadá. De esta manera, España se abriría paso a un nuevo segmento turístico: el cannábico.
Según ha indicado Europa Press, la formación defiende la legalización absoluta, para uso lúdico y terapéutico, de esta sustancia, fundamentándose en datos científicos que establecen que el cannabis posee propiedades paliativas para ciertas patologías.
Pero más allá de su efecto para tratamientos que mejoren la vida de los enfermos, su impacto económico y turístico sería evidente. Por una parte, aumentaría "ostensiblemente" los ingresos del Estado y disminuiría los gastos asociados a su prohibición. De hecho, Holanda, país donde está permitido su consumo ingresa 400 millones de euros anuales por impuestos directos sobre el cannabis y se calcula que mediante los indirectos la cifra se eleva a los 1.400 millones. En España, según estimaciones de la plataforma Regulación Responsable, que aboga por la legalización del consumo de cannabis, se ingresarían cerca de 1.200 millones de euros si esta droga fuese tratada como el tabaco o el alcohol.
Manteniendo el paralelismo con el país de los tulipanes, Ámsterdam recibió en 2017 más de 17 millones de turistas y este año se prevé que supere los 18 millones. Madrid, por su parte, registró 9,9 millones de visitas. Es decir, la capital holandesa duplica en visitas a la española. Una de las principales diferencias entre ambas urbes es que en la neerlandesa está permitido el consumo de drogas y la prostitución. De hecho, una encuesta elaborada por el organismo de promoción turística de Ámsterdam en 2014 desvela que un 24% de los turistas que viajaron a la ciudad visitaron un coffe-shop (establecimiento donde se puede consumir marihuana), superando al 14% que realizó un crucero en los canales o los que fueron a club nocturno (15%).
Así, si se toma de ejemplo Ámsterdam, una posible legalización del consumo lúdico de marihuana podría suponer un nuevo impulso de la ciudad de Madrid como destino. El segmento cannábico se convertiría en un complemento de la gastronomía, la cultura, el MICE y a las compras.
El "impacto positivo", explica la formación política, no sólo se quedaría en las grandes ciudades, sino que reactivaría la economía y propiciaría recuperación del mundo rural.
Al mismo tiempo, considera que la legalización del cannabis supondría un “avance” en lo que se refiere a la lucha contra el tráfico y la criminalidad relacionada con su distribución y venta. A modo de conclusión, la formación aclaró que la regulación del cannabis debe ir acompañada de una ambiciosa política de prevención.