Baleares y, más concretamente Mallorca, están enfrascados en una lucha contra lo que se ha venido llamando turismo de borrachera, es decir, aquellos paquetes turísticos económicos principalmente dirigidos a jóvenes de las islas británicas que les invitan a visitar el archipiélago con la fiesta y el alcohol como único reclamo.
Desde las autoridades se trabaja en campañas de concienciación o la restricción del consumo de alcohol en los resorts ‘todo incluido’, sin embargo, acabar con este modelo de turismo supondría un duro golpe para la economía balear, según ha aseverado el docente y activista contra la turistificación Ivan Murray a Diario de Mallorca.
“Queda mal decir que nos interesa el turismo de borrachera, pero esta máquina de crecimiento económico no puede prescindir de ningún segmento. Sin él, la economía balear se hundiría”, explica Murray que critica que hay “una cierta demonización de la clase obrera cuando hablamos del turismo de borrachera”.
En este sentido, coinciden la Federación Hotelera de Ibiza y Formentera (FEHIF), que criticó su impacto en el turismo familiar, y la Asociación de Agencias de Viajes de Reino Unido, que asegura que la restricción del alcohol en el todo incluido “no aborda de forma eficaz el problema”.
“Todo continúa igual con la excusa del lujo”
Por otra parte, Murray también incidió en que hablar de calidad por encima de cantidad es una “estrategia de marketing” cuando se siguen construyendo megacomplejos. “Todo continúa igual con la excusa del lujo”, señala.
También se muestra crítico con la ley del Impuesto del Turismo Sostenible que considera como “un velo para tapar todo lo demás”. Argumenta que se habla de éxito cuando “el turismo existente está a años luz de lo que podría ser cualquier cosa sostenible”.
Asimismo, aseguró que los programas de responsabilidad social de las empresas turísticas están llenos de “palabras vacías con buenas intenciones”. “Desde que estalló la crisis hasta ahora, los hoteleros han duplicado sus beneficios y los ingresos por habitación se han disparado”, concluye.
Thomas Cook
En la citada entrevista tuvo tiempo para analizar la quiebra de Thomas Cook y el impacto que ha tenido en Baleares. Considera que la caída del gigante turístico es fruto del “neoliberalismo o financialización”.
Cree que el mayor problema es que será difícil cobrar las deudas porque “cuando vas a buscar responsabilidades, no hay nadie detrás”, no obstante intuye que la deuda no es tan elevada. De lo que está seguro es de que “el vacío que deja queda cubierto” por otros actores.