La escalada de precios hoteleros que se ha producido en España fruto de la alta demanda del destino, debido a la difícil situación de los destinos competidores del Mediterráneo, está haciendo huir al turista nacional.
Este efecto se puede observar en la Costa del Sol donde las tarifas han subido una media del 10% que contrasta con el descenso de clientes españoles durante los ocho primeros meses del año de 118.246 que se traduce en una caída del 8,1% respecto al mismo período del año anterior.
Así, las pernoctaciones nacionales se han reducido en casi medio millón (-11,4%), aunque esta caída no afecta al negocio que ha gozado de enero a agosto de unos ingresos medios por habitación de 69,3 euros.
Luis Callejón Suñé, presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos) sostiene que esta caída de los clientes españoles se debe a “otros factores, como la búsqueda de ofertas “ o a que optan por las viviendas turísticas. Además, defiende que “todavía hay margen para subir las tarifas por la calidad de la oferta de este destino.”
Actualmente, la situación parece no afectar, pero puede golpear con mayor dureza en el momento en que destinos competidores como Egipto, Turquía o Túnez recuperen la atención de los visitantes internacionales.