Se prevé que en 2018 entre en vigor la nueva normativa, que ha sido aprobada el pasado martes por La comisión de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Barcelona, por la que la ciudad Condal implantará una tasa municipal turística dirigida a excursionistas “de día” -aquellos que visiten la ciudad, pero no pernocten en ella-.
Esta iniciativa que pretende regular el uso del espacio público y que está dirigida a turistas con visitas organizadas por turoperadores, ha sido propuesta por el partido Demòcrata y ha contado con el apoyo de todos los grupos, exceptuando a Ciudadanos y al PP.
De los casi 30 millones de turistas que acoge la ciudad anualmente, 13 no realizan pernoctaciones en ella, de los cuales, 2,6 son cruceristas -no estarán afectados por la nueva normativa porque ya pagan impuesto turístico-, 5 se alojan en municipios cercanos y visitan Barcelona, y el resto la visitan sólo por un día, un tipo de “turismo que satura y desgasta la ciudad” catalana, pero en cambio “no aporta nada significativo", ha expresado el republicano Alfred Bosch.
Por otro lado, el concejal de Turismo, Agustí Colom, ha señalado que los grupos de familias o los reducidos deberán tener "un trato diferenciado" de los numerosos.
Esta propuesta será la primera únicamente municipal, en este ámbito y será el ayuntamiento quien tenga la competencia para llevarla a cabo.