Las vacaciones de este verano en Mallorca serán más caras y los medios, incluso internacionales, comienzan a hacerse eco de ello. Todos los aspectos de un viaje han subido de precio, comenzando por los vuelos, pero también los alojamientos y la oferta de ocio. Concretamente, recogen que “serán alrededor de un 33% más caras en 2023 que el año anterior”.
Según recoge Diario de Mallorca, la tarifa base (sin equipaje, sin elegir asiento, ni ningún otro extra) de un billete de avión para volar a Mallorca desde cualquier punto de Europa prácticamente no baja de los 100 euros. Y, además, cuanto más tarde se reserve, más caro será.
La oferta de ocio también se ha encarecido. Ejemplo de ello es la hostelería y también otro tipo de locales, como las discotecas. Esto se debe en gran medida a la subida que han experimentado los costes durante los últimos meses. Desde el club nocturno Megapark, solo la factura de la luz se ha triplicado.
Otro caso que ejemplifica el problema que puede suponer el encarecimiento de la vida para el turismo es el dilema al que se enfrentan los clásicos bares de Playa de Palma. El incremento de los gastos está empujando a estos locales a vender el medio litro de cerveza a un precio superior de los 5 euros, pero los hosteleros se resisten. Y es que, a pesar de que Baleares está tratando de acabar con el turismo de borrachera, lo cierto es que el precio del alcohol en España —tan económico para el resto de europeos— supone un gran atractivo para los turistas.
En cuanto al alojamiento, también se ha encarecido y no solo por el incremento de los costes de los suministros. En Mallorca se da un problema añadido: el de la vivienda. Y es que, por ejemplo, el Hostal Playa de Palma Höhe Balneario 3 —que no tiene ni una estrella ni funciona en régimen de todo incluido— ya está completo para el verano y todas sus habitaciones están ya ocupadas, no por turistas, sino por empleados que irán a la Isla a hacer la temporada.