La empresa pública Enaire ha suprimido 181 puestos de controladores aéreos en los principales aeropuertos españoles, según ha anunciado ‘Público’. Esta decisión está provocando un aumento de la carga de trabajo y recortes en los descanso de los empleados, pues coincide con un aumento del tráfico aéreo a un ritmo del 8% por segundo año consecutivo.
Los principales recortes de personal se centran en Madrid, con una baja de 42 controladores en la torre de Barajas en los últimos seis años y 61 en menos de cuatro años en el centro de control de la comunidad. En El Prat, por su parte, la reducción ha sido de tres. También se ha prescindido de trabajadores en Tenerife Norte, que recibe a 4,7 millones de pasajeros al año; Bilbao, Girona y Reus. El Ministerio de Fomento ha argumentado que los ajustes suponen “pasos importantes desde el punto de vista de la eficiencia”.
En 2016 fueron convocadas 106 plazas, cuando el recorte rondaba los 300 tabajadores, y aunque los Presupuestos Generales del Estado autorizaron el año pasado la creación de otras 130 plazas, setenta de ellas por encima de la “tasa de reposición”, la convocatoria sigue sin ser aprobada.
Cayetano Conesa, de la sección sindical de CSIF en Aena, ha señalado que “Es obvio que hay más riesgos si el controlador tiene que estar más tiempo pendiente de la pantalla y soporta mayor carga de trabajo, y eso está ocurriendo”.
Uno de los principales problemas es el envejecimiento de la plantilla, con una edad media de 52 años y más de un tercio por encima de los 57 años y una carga de trabajo poco de 1.500 horas anuales, que se amplía hasta 1.600 y 1680 con los turnos extra. Las jornadas oficiales de cinco días de trabajo y tres de descanso se transforma en seis días y 48 horas de reposo.