El madrileño Centro de Exposiciones Arte Canal acoge desde el 1 de diciembre una muestra singular: la mayor exposición itinerante sobre Auschwitz. A la empresa española que la organiza le preocupa que, desde que comenzaron a promocionarla en las redes sociales, han recibido una inquietante cantidad de mensajes antisemitas y negacionistas.
La muestra reúne 1.000 objetos del campo de concentración y exterminio nazi, y el lema que la acompaña es una clara advertencia de que el odio sigue siendo una amenaza para el mundo actual: “No hace mucho. No muy lejos”.
Icíar Palacios, responsable de prensa de Musealia, la empresa organizadora, ha comentado que estaban preparados para todo tipo de mensajes, “pero no me imaginaba que iban a ser tantos”.
Desde que comenzaron a trabajar codo a codo con el Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau, institución que gestiona el antiguo campo de exterminio construido por la Alemania nazi, les advirtieron de que algo así podría ocurrir, les aconsejaron que nunca respondieran a los mensajes negacionistas y que los denunciaran y bloquearan.
Un experto en delitos de odio de la Guardia Civil ha explicado que “cuando se produce un evento que se sale de lo normal, como esta exposición, pueden aflorar mensajes que permanecían ocultos”. “La gente se cree que las redes sociales les dan un cierto anonimato, pero el negacionismo puede ser un delito”, enfatiza.
El antisemitismo tiene un bajo porcentaje en España en este tipo de ofensas (un 0,6% en 2016); sin embargo, en Europa la situación es diferente y así lo demuestra un estudio de la Agencia Europea para los Derechos Fundamentales (FRA) que afirma que este odio, en concreto, “representa un problema serio”. En 2014, los resultados de otra investigación desvelaron que un 26% de los judíos europeos afirmaba haber sufrido acoso verbal o físico.
Musealia ya ha puesto los hechos en conocimiento del Centro de Coordinación de Información sobre Radicalización (CCIR), dependiente de la Secretaría de Estado de Interior, y los ha denunciado a través de Twitter y Facebook. “No hace mucho. No muy lejos” demuestra que la intolerancia y el racismo siguen acechando dentro de las fronteras europeas.