Durante los primeros nueve meses de 2017, Renfe obtuvo un beneficio de 66 millones de euros, gracias al impulso del AVE, al recorte de los gastos financieros y a la contención de las pérdidas de su división de transporte de mercancías. 

Esto supondrá, casi con certeza, que la empresa logrará el primer ejercicio de su historia sin ‘números rojos’. 

Aunque cerró inicialmente 2016 en ‘números negros’ volvió a las pérdidas después de que se reformularan las cuentas cuando entró el nuevo equipo gestor y se incluyera una provisión por la multa de Competencia a la división de cargas. 

Los servicios de AVE y Larga Distancia de la compañía facturaron, a cierre de septiembre, 1.066 millones y elevaron su número de viajeros un 3,9% hasta llegar a los 24,84 millones. De estos, 15,84 millones correspondieron al AVE y 9 a la Larga Distancia. 

Por otra parte, los servicios correspondientes a la Media Distancia y Cercanías, que reciben subvencion estatal por ser de carácter público, facturaron un total de 552,6 millones y registraron un número de usuarios de 333,11 millones. 

El coste del canon que paga a la empresa Adif por el uso de las vías le supuso un gasto de 620 millones, un 35,4% más. 

Pese a esto, Renfe ha logrado al cierre del tercer trimestre un beneficio bruto de explotación (Ebitda) de 375,95 millones de euros,  un 16,6% mayor al del año pasado. 

El recorte del 28,8% de los gastos financieros, debido a la reducción de deuda que se sitúa en 3.919 millones, las ganancias en los negocios de talleres de 4,8 millones, del alquiler de material, 2,3 millones, así como la contención de las pérdidas en mercancías también han contribuido al resultado.