La falta de vocación de las jóvenes unida a la avanzada edad de la mayoría de las religiosas y las dificultades económicas ha provocado que cada mes cierre un convento de clausura en España, según un informe que ha publicado la revista Vida Nueva.
Los trabajos que han desarrollado tradicionalmente las monjas, como la repostería, ya no son suficientes para cubrir los costes que generan los monasterios. La publicación asegura que muchos de ellos “no llegan a ni a los 100 euros brutos al mes de ingresos y se han visto obligados a recurrir a los bancos de alimentos para poder comer".
El informe es claro. Dos tercios de los 800 monasterios que hay en España están “en situación de ser cerrados a no mucho tardar”. Una solución para estas instalaciones podría ser la de ofertar alojamientos para los turistas. Algunos de estos hogares religiosos ya se han apuntado al ‘boom’ turístico y han encontrado en este una solución para escapar de la precariedad.