La visita del Papa al Santuario de Fátima, en Portugal, para celebrar el siglo desde la aparición de la virgen en una cueva, vaticina un boom del turismo en la zona.
Cuatro meses antes de que el evento se produzca, los hoteles están en plena renovación y los que se estaban construyendo han acelerado su inauguración para no desaprovechar la oportunidad. No son los únicos que quieren mostrar su mejor cara a los visitantes: en la basílica se está asfaltando la explanada, se ha instalado un circuito de videovigilancia y el gobierno está promulgando un real decreto para aprobar obras urgentes en los accesos a la población.
El obispado de Leiria, que organiza el encuentro, espera la visita de un millón de personas en la semana del 13 de mayo. Los precios ya están por las nubes. Si pernoctar en algún hotel de la zona cuesta en la actualidad unos 30 euros, para las fechas señaladas los precios ascienden a 800 euros en Booking.
Las visitas del papa son sinónimo de éxito turístico. Por ejemplo, el desplazamiento del religioso a Rio de Janeiro en 2013 con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) se tradujo en dos millones de turistas que dejaron un impacto económico de 500 millones de euros. Según la Organización Mundial del Turismo los viajes religiosos desplazan a unos 300 millones de personas de todo el mundo y generan un beneficio de 16.600 millones de euros.