El parón pandémico ha provocado algunos cambios en el comportamiento de los viajeros, como la tendencia a reservar a última hora, pero también ha provocado que muchos hoteleros hayan repensado su negocio y la distribución del espacio.

Tal y como informa Skift, cada vez son más los hoteles que han decidido eliminar las piscinas y utilizar este espacio para eventos y reuniones.

Esta tendencia, especialmente remarcable en Estados Unidos y Canadá, se está produciendo tanto en hoteles con piscina interior climatizada como aquellos que contaban con una en su azotea. Los gerentes de los establecimientos que han dado este paso porque les da una mayor flexibilidad y rentabilidad, llegando a aumentar los ingresos incluso hasta el 15%.

Mayor tiempo de aprovechamiento y menos gastos


Los hoteleros esgrimen que no solo ganan espacios para que sus huéspedes celebren retiros corporativos, reuniones familiares o cenas de ensayo, sino que también ahorran en costes como el seguro, permisos y mantenimiento.

Además, muchos inciden en que pueden hacer uso del espacio durante todos los meses del año y no verse limitados a las épocas de temperaturas más favorables.