Diversos profesionales ya han vaticinado una posible avalancha en los viajes, una vez haya más posibilidad de movimiento. Entre ellos, Arjan Kers, director general de TUI Nederland, que ha manifestado las ganas que tiene la sociedad de volver a disfrutar de unas vacaciones. “Las vacaciones serán más importantes que nunca. Esta crisis ha afectado tanto que ahora son el único remedio para recargar las pilas”, ha destacado.
En una entrevista al diario neerlandés NRC, Kers ha criticado la falta de compresión del Gobierno de Países Bajos —el primer ministro, Mark Rutte, llamó “antisociales” a aquellas personas que se habían ido de vacaciones— hacia el sector de los viajes organizados y ha mostrado su enfado por las duras críticas a los touroperadores por parte de los medios de comunicación y de los usuarios de redes sociales.
En este sentido, Kers ha defendido que TUI Nederland ha mantenido una actitud responsable en todo momento desde que se inició la pandemia. “Siempre hemos seguido los consejos del Gobierno, no hemos enviado turistas a zonas naranjas”, ha declarado en referencia a las restricciones por colores según la incidencia del virus. En este sentido, Kers ha enfatizado la diferencia entre el viajero individual y el que ha reservado con touroperadores, porque TUI, en todo momento, ha abogado por testar a todos los pasajeros frente al Covid, tanto antes de la salida como a la vuelta.
Digitalización y sostenibilidad
Kers también ha sostenido que TUI Nederland ha aprovechado el 2020 para realizar una gran labor de digitalización, sin embargo, para él la figura del asesor de viajes no va a desaparecer. “No hay que subestimar la importancia del agente de viajes, el valor del servicio personalizado. Saldrán más fuertes de esta crisis”, ha asegurado el directivo.
En referencia a la sostenibilidad, la compañía responsable de las vacaciones de 1,7 millones de holandeses ha realizado cambios que van desde los pequeños detalles, como la sustitución de cucharillas de plástico por bambú, hasta grandes pasos, como la decisión de dejar de ofrecer destinos dentro de un radio de 700 kilómetros —como París— por vía aérea.