El debate sobre la tasa turística traspasa fronteras y empieza a extenderse no solo por países eminentemente turísticos como España, Francia, Italia o Grecia, sino también por Reino Unido. Manchester fue la primera ciudad británica en aplicar el impuesto a las pernoctaciones, en abril de 2023, y ahora es el condado de Cornualles, destino turístico en el extremo sur de la isla de Gran Bretaña, el que se plantea establecer la medida recaudatoria.
Según recoge el diario The Independent, el Ayuntamiento de Cornualles baraja imponer el gravamen debido a que se teme la masificación del condado por la afluencia de visitantes. Cornualles recibe cada año a unos 12 millones de viajeros, cuya mayor parte se concentra, sobre todo, en los meses de verano en localidades costeras como St Ives o Newquay; y es precisamente en estos sitios donde el consistorio ve potenciales riesgos para la calidad del aire, la degradación medioambiental, la saturación de servicios y la congestión del tráfico.
No creo que a la gente le desanime pagar una libra extra por noche cuando pagan entre 120 y 130”, señala un hotelero
El concejal córnico Mike Thomas se ha mostrado proclive a aplicar una tasa turística en el condado, poniendo como ejemplo otros destinos en Reino Unido. “Mánchester ha demostrado que la gente no se mostrará contraria cuando realmente se implemente. Una libra por noche y persona hasta un máximo de 21 noches generaría ingresos que la población aprobaría como un pago por las instalaciones que utilizan los visitantes”, ha señalado en declaraciones recogidas por el citado medio.
Por su parte, empresarios del sector como Arnaud Reutsch, propietario del Blue Seas Hotel, en la localidad de Penzance, también aprueba el gravamen. “Creo que el impuesto turístico es una buena idea, pero el dinero debe reservarse para el área local y no enviarse a Londres. Realmente no creo que a la gente le desanime pagar una libra extra por noche cuando pagan entre 120 y 130”.