Desde el pasado 9 de enero, Dinamarca está aplicando mayores restricciones tanto a las entradas y salidas del país. En concreto, ha desaconsejado cualquier viaje al extranjero y a los que se encuentren en el exterior les recomiendan que “no se apresuren en regresar al país”. El objetivo es limitar la transmisión del Covid-19 y más concretamente de las mutaciones más contagiosas localizadas en Reino Unido y Sudáfrica.
Tal y como informa The Local Denmark, solo las personas que tengan un motivo de peso para entrar el país podrán hacerlo por vía terrestre, marítima o aérea; eso sí, presentando una prueba PCR realizada como máximo 24 horas antes. Benny Engelbrecht, ministro de Transporte, aseveró que no permitirán llegar a ningún avión a no ser que todo su pasaje se haya sometido al citado test.
Los vuelos nacionales y los procedentes de Groenlandia y las Islas Feroe, al igual que los niños menores de 12 años, estarán exentos de estas medidas que se mantendrán en vigencia al menos hasta el próximo 17 de enero.
El país toma esta decisión para acompañar las medidas de confinamiento social que se aplican desde la pasada semana en el interior del país como el cierre de escuelas, bares, restaurantes y la mayoría de comercios y la prohibición de reuniones de más de cinco personas.