Volkswagen ha anunciado su intención de cerrar al menos tres de sus diez fábricas en Alemania y eliminar decenas de miles de puestos de trabajo. Además, el fabricante automovilístico pretende recortar un 10% el salario del resto del personal —cuenta actualmente con 10 plantas y 120.000 empleados en Alemania—.
La noticia ha generado una gran conmoción en Alemania, donde Volkswagen es uno de los mayores empleadores y nunca había acometido cierres en sus 87 años de historia. De hecho, tal y como recoge Cinco Días, el gobierno alemán ya ha expresado su preocupación por las consecuencias sociales de esta decisión y ha llamado a la empresa a buscar alternativas que permitan salvar el mayor número posible de puestos de trabajo.
Los sindicatos, por su parte, han advertido de las graves consecuencias que esta reestructuración tendrá para los trabajadores y sus familias. Una de las factorías más amenazadas sería la de Osnabrück, que recientemente anunció que no fabricará los modelos eléctricos de Porsche en 2026.
El fabricante automovilístico está atravesando una crisis a causa de una combinación de factores como el aumento de los costos energéticos, la caída de las ventas, la competencia global o la necesidad de adaptarse a la transición hacia la movilidad eléctrica tal y como se exige desde la Unión Europea. Y no es el único, sus competidores, BMW y Mercedes-Benz, también afrontan problemas similares que podrían extenderse al resto de industrias.