Los accesos al municipio neerlandés de Zandvoort tuvieron que ser cortados, después de que una multitud de neerlandeses se trasladaran hasta él para disfrutar de su costa. Se trata de uno de los daños colaterales de las restricciones de movilidad a otros países, lo que favorece que los turistas nacionales congestionen los enclaves más populares de su propio país. Las aglomeraciones, además, están desaconsejadas en la actual situación sanitaria, ya que impiden cumplir con recomendaciones como la distancia social.
De acuerdo con el diario NH Nieuws, alrededor de las 14.30 horas del viernes, 31 de julio, el municipio decidió cerrar las carreteras a Zandvoort, por motivos de seguridad. Por ello, se instó a los ciudadanos que se estaban desplazando hasta el municipio en coche a que dieran la vuelta. De hecho, tal fue la afluencia registrada por la localidad, que no había espacio para el estacionamiento de vehículos.
Los trenes neerlandeses con destino a Zandvoort, incluso, alertaron de que iban llenos y de que, con tal cantidad de pasajeros, era inviable cumplir con las medidas de distanciamiento social recomendadas para frenar los contagios de covid. También se registró una gran afluencia en la estación de autobuses del municipio de Haarlem.
El periodista Paul Tromp, que se encontraba en Zandvoort junto con la multitud, manifestó que, la mayor preocupación, era la hora de volver a casa. "Probablemente todos quieran irse a casa a la hora de la cena y la pregunta es ¿cómo va a ser eso?". Sin embargo, no fue el único municipio que sufrió colapsos, ya que el de Castricum también se vio obligado a cerrar el acceso a su playa, debido al volumen de usuarios.
Cabe destacar que Países Bajos desaconsejó visitar la ciudad de Barcelona y las regiones colindantes, por los rebrotes, el pasado 27 de julio. Incluso, instó a los neerlandeses que se encontraban en estos territorios a regresar a su país y a cumplir una cuarentena de 14 días.