Aún se mantiene la incógnita sobre si los británicos podrán empezar a viajar al extranjero a partir del 17 de mayo —el primer ministro Boris Johnson manifestó que mantenía la esperanza, pero no se atrevió a dar fechas—. Esto provoca un descontento entre los touroperadores y agentes británicos, que se ve incrementado por el hecho de que el Gobierno no está predispuesto a relajar los requisitos de PCR, una de las principales demandas del sector de los viajes.
Fuentes cercanas al gobierno, citadas por Travelweekly, aseveran que “hay variaciones en el coste”, pero “no eliminarán las pruebas PCR”. De hecho, el secretario de Salud, Matt Hancock, destacó el pasado lunes el papel importante que han jugado las pruebas PCR en la detección de nuevas variantes del virus.
Cabe recordar que el sistema de semáforos propuesto para por la Global Travel Taskforce (GTT), organismo conformado por el Ejecutivo para determinar la forma más segura de retomar los viajes, establece tres categorías y en todas ellas se exige la presentación de test PCR:
- Verde: exige dos PCR, uno antes de regresar y otro dos días después.
- Amarillo: exige tres PCR, antes de regresar y los días 2 y 8. Se puede sumar un cuarto para reducir la cuarentena de 10 a 5 días.
- Rojo: exige tres PCR, antes de regresar y los días 2 y 8. Se puede sumar un cuarto para reducir la cuarentena de 10 a 5 días. Dicho aislamiento se debe realizar en un hotel designado, abonando el coste del mismo.
Las normas solo afectarían a Inglaterra, puesto que Escocia, Gales e Irlanda imponen sus propias restricciones. Esto supone que aunque un inglés viaje a un destino considerado como seguro tendrá que asumir el coste de, como mínimo, dos PCR; además, si cambia el nivel de clasificación a ambas mientras está de viaje (los cambios entran en vigor 48 horas después de hacerse públicos), tendrá que asumir una tercera prueba, además de guardar cuarentena.
Algo que desde el punto de vista de la Asociación Británica de Touroperadores y Agentes de Viajes (ABTA) es un “mazazo”. Su presidente, Mark Tanzer, criticó las medidas considerándolas como “demasiado cautelosas”.
Si bien desde las autoridades se comprometen a reducir los costes de las PCR de las 120 libras actuales a las 60 (de 139 a 69 euros) mediante medidas como la eliminación del IVA, Tanzer cree que sigue siendo una carga demasiado alta para que las familias lo sumen a su presupuesto de vacaciones o para que lo asuman las propias empresas turísticas.