Carolyn McCall, directora ejecutiva de easyJet, Willie Walsh, director ejecutivo de IAG, y Michel O’Leary, director ejecutivo de Ryanair, miembro de Airlines for Europe (A4E) han advertido que el Air Passenger Duty (APD), la tasa impuesta sobre el transporte aéreo de pasajeros, está obstaculizando el crecimiento económico de Gran Bretaña, los negocios y el turismo, en un momento en el que los vínculos empresariales necesitan fortalecerse. Los tres directivos han afirmado que su retirada aumentaría el PIB en un 1,7% y crearía 61.000 nuevos empleos para 2020. “Es un impuesto de recaudación de ingresos diseñado para suprimir el crecimiento del transporte aéreo, que es exactamente lo que la economía no necesita en ese momento”. También argumentan que “otros países que han desechado sus impuestos de aviación han visto un impulso inmediato en su PIB y el turismo". Gran Bretaña tiene la tasa de impuestos de aviación más alta del mundo. En 2015 el APD recaudó 3,49 mil millones de euros de casi 110 millones de pasajeros. McCall ha añadido que “No son solo los visitantes del Reino Unido los afectados por el impuesto. Las personas que viajan entre Londres y Edimburgo están siendo afectados más duramente al pagar 15,15 euros por cada vuelo”. Por lo tanto “la eliminación del APD también podría fortalecer las conexiones del Reino Unido”.