Reino Unido continúa relajando los requisitos para los viajes internacionales. Tras anunciar la eliminación de la ‘lista ámbar’ a partir del 4 de octubre entre otras medidas, ahora el Gobierno británico quiere permitir el uso de los test rápidos que se venden en los supermercados para la prueba obligatoria a la que tiene que someterse el viajero el segundo día tras la vuelta a su país.
Así lo ha desvelado el diario británico The Sun, que ha informado que el secretario de Transportes, Grant Shapps, ha adelantado esta posibilidad. Según Shapps, se trata de una decisión que depende de los funcionarios del Departamento de Salud, aunque el político confía en que la medida llegue a tiempo para todas esas familias que viajan a finales de octubre —del 18 al 28 de octubre tienen lugar las vacaciones escolares de otoño—.
No obstante, los viajeros tendrán que dirigirse a un centro especializado para someterse a la prueba o realizarla bajo la supervisión de un profesional de la salud a través de la plataforma online Zoom.
Tal y como señalan desde TravelWeekly, esta medida supondría un gran impulso para los viajes internacionales, ya que este tipo de pruebas diagnósticas son bastante más baratas que las tan criticadas por su coste PCR. De hecho, los test Covid de los supermercados cuestan alrededor de las 5 libras (unos 5,85 euros), frente a las 150 libras (unos 175 euros) de las PCR.