Los turistas franceses han sido los únicos que han vuelto a Barcelona en los meses de verano. Eso es lo que reflejan los datos de procedencia de los teléfonos móviles recogidos por la Oficina de Datos del Ayuntamiento de la Ciudad Condal.

En la gráfica publicada por el Ayuntamiento de Barcelona puede apreciarse perfectamente cómo los turistas se marcharon de la ciudad a partir del 16 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma por el coronavirus. Por ejemplo, los datos muestran que durante la primera semana de confinamiento quedaban algo menos de 3.000 franceses en Barcelona; la segunda semana no llegaban al millar.

A partir del 12 de mayo, solo los turistas procedentes del país vecino comenzaron a volver claramente. La cifra más alta de franceses presentes en Barcelona se alcanzó el 12 de julio, con 34.900. La semana siguiente, el virus comenzó a propagarse de nuevo en la ciudad y los números volvieron a caer: 3.100 galos el 5 de agosto. Aunque fueron remontando hasta los 26.000 el 23 de agosto, último día del que se tienen datos.

Según El País, la explicación puede radicar en que los franceses son los que viven más cerca y pueden llegar a la ciudad en vehículos privados, sin pasar por el transporte público, como trenes y aviones.

En cuanto al resto de nacionalidades, se encuentran muy lejos de los galos:

• Reino Unido: 21.000 antes del estado de alarma; 5.000 antes del rebrote en julio; y finalmente terminaron por marcharse cuando Boris Johnson decretó la cuarentena obligatoria al regresar a su país.
• Italia: 11.000 antes del confinamiento y 4.000 durante el verano.
• Estados Unidos: 16.000 antes del confinamiento, pero no volvieron después, el 23 de agosto eran 479 en la ciudad.

La crisis sanitaria ha afectado duramente a la actividad turística de la ciudad de Barcelona. El 75% de los hoteles están cerrados desde marzo y el 90% de sus empleados siguen en ERTE.

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