Un vuelo de Air Canada que tenía previsto conectar Vancouver con Sídney (Australia) el pasado jueves, 11 de julio, tuvo que desviarse a Honolulu (Hawái), después de que la aeronave fuera sacudida por turbulencias severas y repentinas, dejando 35 heridos.
Según ha informado TravelMole, 269 pasajeros y 15 tripulantes viajaban a bordo de este vuelo, operado con un Boeing 777-200. Los viajeros aseguran que cuando tuvieron lugar las turbulencias el avión descendió unos 30 metros.
A este respecto, el pasajero de nacionalidad australiana Michael Bailey confesó en declaraciones a ABC Radio: “De cinco a diez segundos y luego, de repente, cayó. Debe haber caído como a 30 metros o algo así, porque la gente (del impacto) subió hasta el techo del avión”. Por suerte, las heridas de los damnificados fueron calificadas como leves.
Otro viajero advirtió que cerca de la mitad de los pasajeros no tenía el cinturón de seguridad abrochado en ese momento. De acuerdo con la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos, las turbulencias son la mayor causa de lesiones no mortales en los vuelos.
Además, se estima que este tipo de incidentes cuesta unos 200 millones de dólares anuales a las aerolíneas estadounidenses. Algunos expertos, incluso, señalan al cambio climático como responsable de que cada vez las turbulencias se produzcan con más frecuencia.