Tercer accidente de aviación grave en Estados Unidos en poco más de una semana. El primero de ellos, tuvo lugar el pasado 30 de enero en Washington D.C. cuando colisionaron un avión y un helicóptero, dejando 67 fallecidos. Pocos días después, un avión se estrellaba al poco de despegar en Filadelfia. Ahora, un Cessna Caravan, un turbohélice monomotor, que perdió el contacto con las autoridades en menos de una hora desde su despegue en Alaska.

Según informa El País, este viernes, las autoridades han confirmado el fallecimiento de 10 personas, el piloto y 9 pasajeros, que volaban a bordo del Cessna de Bering Air. El avión había despegado de Unalakleet y se dirigía hacia Nome. La guardia costera de Estados Unidos rastreaba la zona en busca de restos de la aeronave, sin embargo, encontraron primero tres cadáveres. Después, las autoridades informaron que creían que los otros siete estaban en el interior del avión, pero no podían acceder a ellos.

Ambas localidades, Unalakleet y Nome, pertenecen al estado de Alaska, donde la mayoría de comunidades no están conectadas con la red principal de carreteras, por lo que la aérea es frecuentemente la única opción para viajar a estas zonas, sobre todo en invierno. Y a eso es precisamente a lo que se dedica Bering Air, a conectar aeropuertos dispersos geográficamente. No obstante, la región es propensa a sufrir tormentas de nieve y fuertes vientos, lo que podría estar detrás de este accidente.