Los cerca de 700 pasajeros del lujoso Seven Seas Voyager no han sido muy bien recibidos este sábado en el puerto de Finisterre, en la región francesa de Bretaña. Un grupo de activistas medioambientales han bloqueado el acceso del crucero al muelle de Concarneau, impidiendo que los cruceristas pudieran realizar su escala.

Los ambientalistas, encabezados por los grupos Stop Croisières BZH y Extinction Rebellion, han gritado contra los cruceristas e incluso algunos de los manifestantes se han lanzado al agua a bordo de kayaks con una pancarta en la que podía leerse: “Somos el iceberg”. “Creemos que son un absurdo ecológico y un símbolo de desigualdad social”, ha explicado una de las activistas al diario TravelMole.

Tras cerca de tres horas de protestas, finalmente el capitán del crucero ha tomado la decisión de dar la vuelta y renunciar a la escala en el mencionado puerto.

El Seven Seas Voyager es un transatlántico de 206 metros de eslora y con capacidad para más de 700 pasajeros, salió de Oporto el 29 de junio para llegar a Amberes, en Bélgica, el 12 de julio. Llegó sano y salvo a Brest unas horas más tarde del altercado en Concarneau y después ha continuado su ruta hacia Guernsey.